miércoles, 11 de agosto de 2010

Historia del Al jihad

YIHAD ( JIHAD ) , La espada del Islam


Escudo



"Usa el nombre del islam, pero es el principal asesino de musulmanes en todo el planeta. "







La yihad es la revolución permanente para el movimiento islámico", escribió Sayyib Qubt, uno de los ideólogos del fundamentalismo, en su libro más emblemático, "Señales en el camino", publicado en 1964. Su homólogo pakistaní, Abu Ala al Maududi, fundador de la sanguinaria Yamaa Islamiya -responsable de los atentados de Bali- fue igualmente explícito en los libros que publicó, antes de morir en Lahore en 1979: "o hay islam o hay yahiliyya", es decir, o hay islam, o hay apostasía, maldad contra Dios. La opción, pues, para el buen creyente se planteaba como inexorable.














Años antes, Hasan al Banna, el fundador en 1928 de los Hermanos Musulmanes y padre espiritual de todas las organizaciones yihadistas del mundo, ya había asegurado que la yihad bélica era el único camino para retornar la gloria a la Umma, es decir para avanzar en el sueño de una comunidad musulmana planetaria.


A diferencia de la yihad del corazón, que es una lucha espiritual, la yihad de la espada necesitaba organización, captación y acción violenta, y para esa triple necesidad, trabajaron a fondo desde principios del siglo veinte. Lo primero que resulta fundamental entender, pues, es que la violencia yihadista ni es un fenómeno reciente, ni es local, ni es explicable en términos de terrorismo clásico. Sus tiempos no son los nuestros, sus causas no son las obvias, sus movimientos no son previsibles.














Observado el fenómeno con la lupa geopolítica, sus motivaciones podrían vincularse a causas nacionales clásicas -Cachemira, Palestina, Chechenia, Mindanao, los uigures de Xinjiang…-, pero en realidad esas causas no son el objetivo del yihadismo, sino la fuente de sus justificaciones.














Solo hace falta leer los escritos de sus líderes, para entender que la concepción occidental del yihadismo, es inservible. Dokky Umarov, en su proclamación unilateral del Emirato Islámico del Cáucaso, lo dijo claro: "Nosotros somos parte indivisible de la Umma islámica y no es necesario determinar las fronteras. El Cáucaso está ocupado por kuffar (infieles) y apóstatas y es Dar al Harb, el territorio de la guerra, y nuestra tarea prioritaria es convertir el Cáucaso en Dar as Salam (la Casa de la Paz), estableciendo la charia y expulsando a los kuffar. Después de expulsarlos, debemos reconquistar todos los territorios históricos de los musulmanes, y estas fronteras están más allá de los límites del Cáucaso".














Su homólogo, Ayman al Zauahiri, el ideólogo de Al Qaeda, escribió en la famosa fetua de 1998, "todo musulmán que esté en condiciones de hacerlo tiene el deber personal de matar a los americanos, a los judíos y a sus aliados, en cualquier país donde sea posible". Y así hasta el infinito. Como me he permitido señalar a menudo sobre del yihadismo, nuestro primer problema es que no leemos sus textos.

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